viernes, 28 de diciembre de 2012

Ecografía morfológica en el embarazo











Llamamos ecografía morfológica a la que se realiza alrededor de la semana 20 de gestación, con tres objetivos fundamentales:
- comprobar el correcto crecimiento del feto 
- comprobar la normalidad en el desarrollo fetal y en sus principales estructuras anatómicas
- comprobar el correcto desarrollo del cordón umbilical, de la placenta y de las aguas (líquido amniótico).
Se realiza en estas semanas porque el tamaño fetal permite una correcta visualización de la mayor parte de sus estructuras anatómicas que ya se han desarrollado y tienen un tamaño suficiente para poder ser vistas con una relativa facilidad.
Conviene aclarar que la precisión diagnóstica nunca es del 100%, porque depende de varios factores (la experiencia del ecografista, el ecógrafo, factores maternos como la obesidad o la presencia de gases intestinales, la posición fetal, el volumen de las aguas, etc), pero en general podemos hablar de una eficacia diagnóstica de alrededor del 85% en las malformaciones mayores del sistema nervioso central (cerebro, cerebelo, medula espinal), del 80% en las malformaciones renales, o gástricas, y bastante menor, sobre el 40% en las malformaciones cardiacas o de grandes vasos).
1. ¿Como se hace?: generálmente con la sonda abdominal del ecógrafo y la mujer acostada en decúbito supino (tripa arriba), se recorre todo el abdomen materno, visualizando sistemáticamente:
- cabeza, cerebro, estructuras cerebrales, cerebelo, cisterna magna.
- cara, ojos, cristalinos, boca, paladar, nariz, tabique nasal, labios, lengua.
- cuello, columna vertebral y médula osea
- tórax: corazón, cuatro cavidades cardíacas, válvulas cardíacas, frecuencia y ritmo cardíaco, salida de grandes vasos, diafragma, pulmones.
-abdomen: estómago, hígado y vesícula, riñones, aorta abdominal, arterias ilíacas, vejiga urinaria
-sexo fetal
-extremidades: brazos, piernas, humero, fémur, manos y pies, dedos. Posición correcta de manos y pies
- cordón umbilical: tamaño, situación, inserción. Confirmación de las dos arterias y vena umbilical
- placenta: situación, maduración, ausencia de patología placentaria, inserción.
- líquido amniótico: cantidad
Se toman las oportunas medidas para confirmar el correcto desarrollo fetal y el peso estimado y se valoran en unas tablas de crecimiento que lleva incorporado el programa informático del ecógrafo.
2. Conclusiones: 
Si el desarrollo fetal es correcto: el cordón, placenta, aguas, están correctamente y no vemos ninguna alteración anatómica comunicamos el bienestar fetal a la madre y el correcto desarrollo de la gestación. 
En el caso de que alguna de las estructuras no sea visible por cualquier circunstancia, volvemos a citar para dentro de unos días a la gestante, con el fin de poder visualizar correctamente la estructura (por ejemplo, el bebé no ha bebido hace rato y no podemos ver el estómago, o acaba de orinar y no vemos la vejiga urinaria....a veces tiene la cabeza en una posición que no podemos ver bien la cara, o una mano, etc).
Esta situación que a veces genera estrés a la madre, pensando que puede no estar bien el bebé, hay que dejarle bien claro, que es un problema técnico, no que el feto esté mal.
En el caso de que aparezca alguna malformación o a veces solo la sospecha de que pudiera haberla, se debe remitir a la embarazada a un centro ecográfico de nivel superior, en el que un especialista dedicado exclusivamente al diagnóstico precoz de malformaciones fetales, con un ecógrafo de muy alta gama y gran capacidad de resolución, o si es preciso mediante otras técnicas diagnósticas, confirma o desestima la existencia de problemas fetales.
En España existen reconocidos 4 niveles de formación ecográfica. La mayoría de ginecólogos tenemos un nivel reconocido II o III...y luego en grandes centros hospitalarios existen expertos de nivel IV que son los que definitívamente confirman o descartan la patología.

En resumen la ecografía morfológica supone una revisión en profundidad del bienestar fetal y por tanto una gran tranquilidad para la madre en la mitad del embarazo.
Por supuesto que es una técnica indolora y además inofensiva para la madre y el bebé, por lo que se puede estar el tiempo que se considere oportuno o repetir si hiciera falta, sin generar inconvenientes para el bienestar fetal.

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