Aspectos Psicológicos de...




¿CUÁLES SON LAS SEÑALES DE LA DEPRESIÓN POSTPARTO?

Las señales de la depresión postparto incluyen:
-         Sentirse inquieta o irritable.
-         Sentirse deprimida, triste o llorar mucho.
-         No tener energía.
-         Tener dolores de cabeza, dolor en el pecho, palpitaciones (latidos rápidos del corazón), adormecimiento de partes del cuerpo o hiperventilación (respiración rápida y superficial.)
-         No poder dormir o estar muy cansa­da, o ambas.
-         No poder comer y bajar de peso.
-         Comer demasiado y aumentar de peso.
-         Estar extremadamente preocupada por el bebé.
-         No tener ningún interés en el bebé.
-         Sentirse inútil y culpable.
-         Tener miedo de lastimar al bebé o a usted misma.
-         No sentir interés o placer por las actividades, incluyendo el sexo.

Para diagnosticar depresión postparto deben darse un buen número de estos síntomas a la vez, la presentación de alguno de ellos aisladamente no nos debe alarmar en absoluto. Si creemos  padecer este problema debemos consultar con un profesional de la salud mental para ponerle remedio cuanto antes.

¿Quién está en riesgo de padecer depresión postparto?
No hay un perfil de mujer propensa a padecerla, puede afectar a mujeres de cualquier edad, nivel socio-económico o raza. Tampoco influye si es el primer hijo o si se ha sufrido algún aborto, la única condición que parece incrementar la probabilidad de padecer depresión postparto es haber tenido un historial de depresión previamente


LA INFERTILIDAD
ESTA PÁGINA ES UNA COLABORACIÓN DE M JOSÉ MILAN ABRIL, PSICÓLOGA CLÍNICA, (www.mariajosemilan.wordpress.com)


¡Ay, qué prado de pena!
¡Ay, qué puerta cerrada a la hermosura!,
que pido un hijo que sufrir, y el aire
me ofrece dalias de dormida luna.
Estos dos manantiales que yo tengo
de leche tibia, son en la espesura
de mi carne dos pulsos de caballo
que hacen latir la rama de mi angustia.
¡Ay, pechos ciegos bajo mi vestido!
¡Ay, palomas sin ojos ni blancura!
¡Ay, qué dolor de sangre prisionera
me está clavando avispas en la nuca!
Pero tú has de venir, amor, mi niño,
porque el agua da sal, la tierra fruta,
y nuestro vientre guarda tiernos hijos
como la nube lleva dulce lluvia
.
                                                                   YERMA.  F.G. LORCA





¿CÓMO AFECTA EMOCIONALMENTE LA EXPERIENCIA DE INFERTILIDAD?
La infertilidad puede producir en ocasiones un gran impacto emocional en las personas que la sufren. El diagnóstico de infertilidad provoca frecuentemente emociones  intensas como ansiedad, depresión, culpa, soledad, y sensación de falta de control. Además, los diferentes tratamientos de reproducción asistida pueden influir de forma negativa en la relación de pareja afectando a  su comunicación y a su sexualidad, sin olvidar las dificultades económicas, los problemas laborales,  la vergüenza  social y, en ocasiones, la falta de apoyo  familiar que padecen algunas de estas parejas.
En concreto, y según diversos autores especialistas en este campo, recibir un diagnóstico de infertilidad puede originar un impacto emocional similar al que produce el recibir un diagnóstico de una enfermedad grave como cáncer o sida, apareciendo en esos primeros momentos emociones como  shock, negación, culpa y culpabilización. A lo largo del tratamiento de infertilidad estas primeras reacciones serán sustituidas por otras emociones negativas como ansiedad, depresión, desesperanza, rabia y soledad.


Desde el campo de la Psicología hace tiempo que se trabaja para aportar formas de intervención psicológica eficaces con el objetivo de paliar las emociones y los problemas que más arriba hemos referido,  dotando a los individuos, y/o a las parejas que lo necesiten, de estrategias de afrontamiento que les ayuden  a enfrentarse a todo el proceso de tratamiento con el mínimo coste emocional, y procurando que el proceso de reproducción asistida al que se van a someter sea vivido con tranquilidad y esperanza.
 
¿SABES CONSOLAR ADECUADAMENTE A UNA MUJER CON PROBLEMAS DE INFERTILIDAD?
Generalmente nadie nos enseña qué hacer o decir en estos casos y con nuestras mejores intenciones solemos hacer comentarios y dar consejos que, generalmente, lejos de aliviar el sufrimiento dejan a nuestra amiga, hermana o compañera con una mayor sensación de soledad e incomprensión.
Lo primero en estos casos es evitar dar consejos. Cuando alguien tiene un problema es natural intentar ayudarle y si no hay nada concreto que podamos hacer, intentamos darle un consejo. Estos consejos, como por ejemplo “relájate y verás como enseguida te quedas embarazada”, “no te obsesiones tanto con el tema”, etc…   suponen la simplificación de un complicado problema médico que en la mayoría de las ocasiones tiene poco que ver con relajarse más o menos. Imagínate lo frustrante que debe ser para ella oír hablar de otras parejas que "mágicamente" concibieron durante un viaje, simplemente al estar relajados, cuando ella lleva multitud de visitas al médico y varios ciclos de tratamiento largo y costoso sin obtener ningún resultado. Al simplificar su problema de esta manera se disminuye la validez de sus emociones, haciéndola sentir poco valorada psicológicamente y nuestra amiga va a quedarse con la impresión de que no has entendido ni su problema ni su sufrimiento.
Resumiendo:
-          No des consejos.
-          Escúchala, pero no la juzgues (“estás demasiado obsesionada, nerviosa, alterada, etc.”).
-          No quites importancia a sus sentimientos.
-          No le trasmitas la idea de que todo está bien.
-          No le trasmitas fatalismo o resignación.

En esta entrega hemos visto los errores que cometemos a la hora de dar consuelo,  en próximas entregas trataremos formas más adecuadas de manifestar apoyo y empatía, tanto ante problemas de infertilidad como tras un aborto.

¿SABES CONSOLAR ADECUADAMENTE A UNA MUJER CON PROBLEMAS DE INFERTILIDAD II?
En el anterior artículo comentábamos las formas inadecuadas de dar consuelo a una mujer que tiene problemas para quedarse embarazada, en el presente artículo trataremos de aportar formas más adecuadas de dar apoyo emocional. 
Hay un principio básico y muy simple que es “escuchar”, sólo escúchala y demuéstrale que comprendes por lo que puede estar pasando, es decir, se empática con ella, que nuestra amiga se quede con la impresión de que nos hemos puesto en su piel y hemos comprendido sus sentimientos. Para ello deberíamos informarnos de lo que siente una mujer en sus circunstancias, y desde estas líneas es nuestro objetivo concienciar del complejo cuadro emocional que experimentan la mayoría de las mujeres con dificultades para concebir, a ello dedicaremos los próximos artículos de esta sección. Pero continuando con el tema de la empatía, podemos demostrarle que la entendemos con comentarios como por ejemplo: “debe ser muy angustioso comprobar cada mes que no te has quedado…”, “yo también me sentiría así si estuviera en tu situación”. En general, algunas cosas muy oportunas que podemos decirle y que trasmiten comprensión y apoyo son:
ü      Me preocupo por ti.
ü      Me imagino lo duro que esto debe ser para ti. Me gustaría poder ayudarte.
ü      Estoy aquí para escucharte y llorar contigo, si sientes ganas de llorar.
ü      Estoy aquí para animarte cuando sientas que no hay esperanzas.
ü      Puedes hablar conmigo sobre esto cuando quieras.
ü      Me importas.



¿CÓMO AFECTA LA EXPERIENCIA DE INFERTILIDAD A LA RELACIÓN DE PAREJA?
Para muchas parejas, vivir esta experiencia supone una forma de crecimiento y fortalecimientoun deterioro del funcionamiento y la satisfacción sexual y una disminución de la satisfacción y ajuste marital. En concreto, la Dra. Moreno Rosset, psicóloga especialista en el tema, señala que más del 50% de las mujeres que pasan por esta experiencia ven sus relaciones sexuales modificadas y más del 40% nota cambios en su relación de pareja.

¿CÓMO AFECTA EN CONCRETO A LA SEXUALIDAD?

La disminución en la satisfacción sexual que experimentan algunas parejas  a lo largo del proceso de infertilidad tiene que ver, básicamente, con las siguientes cuestiones:
*        Las demandas del tratamiento médico afectan a las relaciones sexuales, el sexo cambia de significado, ya no se realiza de forma espontánea y por placer sino de forma pautada y exigiendo un rendimiento, conseguir un embarazo.

*     El sexo es una experiencia emocionalmente dolorosa porque es un recordatorio permanente de su dificultad para concebir.

*     El sexo programado hace que se pierda el romanticismo y la espontaneidad.

*       Los procedimientos diagnósticos y los diferentes tratamientos pueden interferir también en la relación sexual.

*      La tensión emocional que supone el diagnóstico y tratamiento de la infertilidad puede originar que el deseo mutuo se resienta.
Para paliar estos efectos negativos se recomienda la preparación psicológica a todas las parejas que van a iniciar un tratamiento de reproducción asistida. El objetivo fundamental es dotar a las parejas de estrategias de afrontamiento eficaces a través del aprendizaje de habilidades de comunicación, técnicas de autocontrol emocional y relajación, entre otras.




ASPECTOS PSICOLÓGICOS….. DEL EMBARAZO

Un embarazo deseado es, para la mayoría de las mujeres, la consecución de un gran deseo, la culminación de un proyecto de vida que ha ido gestándose desde mucho tiempo atrás y por eso el embarazo se presupone una vivencia dichosa y feliz. Pero la realidad no es exactamente ésta. El embarazo es una especie de revolución tanto física como emocional, se producen tremendos cambios en el cuerpo a la vez que aparecen emociones y sentimientos que pueden llegar a ser desconcertantes, sobre todo en el primer embarazo. Muchas futuras mamás se hacen preguntas como las siguientes:
¿No debería sentirme feliz en vez de nerviosa? ¿Por qué estoy asustada en lugar de ilusionada? Esto que me pasa ¿es normal?
Desde luego que las emociones que pueden manifestarse en el transcurso del embarazo son diferentes en cada mujer. Cada mujer somos un universo emocional único y por lo tanto vivimos este momento de forma única, pero es cierto que hay una serie de emociones, no todas positivas, que suelen aparecer con cierta frecuencia y que es necesario conocer para no sentirse un “bicho raro”.
En las próximas entradas revisaremos las emociones más frecuentes en los tres trimestres del embarazo, así como los temores y aprensiones más habituales.
REACCIONES EMOCIONALES HABITUALES DURANTE EL PRIMER TRIMESTRE DE EMBARAZO.
En el primer trimestre de embarazo, y si el embarazo es deseado, se suelen experimentar intensas emociones positivas como la sorpresa y la ilusión al confirmarse el estado de gestación, y, si el otro miembro de la pareja siente el mismo nivel de entusiasmo, se suele producir un mayor acercamiento entre ambos. Pero pronto aparecerán malestares físicos como las nauseas, el cansancio o la somnolencia que pueden interferir negativamente en el estado de ánimo; es también habitual en este trimestre el miedo a que el embarazo no siga adelante, por eso algunas parejas deciden esperar este tiempo antes de comunicar la noticia. En algunas mujeres durante el primer trimestre se produce un descenso del deseo sexual y debido a los importantes cambios  hormonales suelen estar más sensibles e incluso con ganas de llorar.  Finalmente suele haber un cierto desinterés por todo aquello que no se relaciones con la gestación.
Para resumir podríamos indicar que, a causa de todos los factores que hemos señalado más arriba, muchas mujeres sienten que durante el primer trimestre de su embarazo están inmersas en un torbellino emocional, con altibajos y cambios de humor bastante desconcertantes para ellas mismas y para los que las rodean.
REACCIONES EMOCIONALES HABITUALES DURANTE EL SEGUNDO TRIMESTRE DE EMBARAZO.

Seguimos con la revisión de emociones habituales durante el embarazo ya que muchas embarazadas primerizas experimentan que algunos aspectos de su embarazo no se corresponden con las expectativas previas que se habían forjado sobre el mismo, generalmente mucho más idealizadas y románticas. Si este es tu caso, y a lo largo de tu embarazo experimentas algunas emociones negativas o perturbadoras, intenta ser paciente contigo misma, comprender que no hay nada malo en tus sentimientos y no tomarlos demasiado en serio.
En el segundo trimestre se recupera el buen estado físico y se está con más energía. El estado de ánimo es más estable y hay un mayor acercamiento a la pareja, generalmente retomando la actividad sexual si ésta había desaparecido en el trimestre anterior. Empieza a pensar en el futuro y comienza con los preparativos (elección de ropita, mobiliario, etc.)
Al principio de este segundo trimestre es frecuente que surja el temor por la normalidad del bebé y, como todavía no se  perciben mucho los movimientos del feto, también puede aparecer la ansiedad por "sentir al bebé", esto genera angustia y a la vez una mayor atención hacia el cuerpo, ya que se está alerta para captar todas las sensaciones. Por otra parte, como los cambios físicos propios del embarazo empiezan a ser patentes surge también preocupación por el peso y el cuidado del cuerpo.
Una recomendación sencilla para todo el embarazo es intentar controlar la tendencia a la crítica y a la culpa exageradas: "Debería estar más delgada", "Debería llorar menos", "Debería estar más contenta", y por el contrario "abandonarse al placer" o a las emociones menos placenteras sin culpas… 
REACCIONES EMOCIONALES HABITUALES DURANTE EL TERCER TRIMESTRE DE EMBARAZO.


A lo largo del tercer trimestre el momento del parto se va aproximando, por eso el parto se convierte en una de las inquietudes más habituales en esta fase y surge la lógica preocupación sobre si “todo saldrá bien”, si será un parto normal o no, etc. También es frecuente en la embarazada primeriza la ansiedad sobre si será capaz de afrontar con éxito las responsabilidades de su nuevo papel de madre. Con la pareja suele producirse un mayor acercamiento a medida que realizar las actividades más cotidianas se va volviendo complicado y se necesita ayuda, hacia el octavo mes moverse va siendo más difícil y dormir también, por otro lado, pueden darse también problemas de concentración. Cuando se acerca la fecha del parto surge una mezcla de emociones, por un lado enormes ganas de que llegue el momento y por otro miedo a cómo se desarrollará todo. Algunas futuras mamás temen al dolor, otras a no darse cuenta de cuándo empieza el parto o a que les pueda pasar algo a ellas o al bebé.

Para finalizar este tema, un pequeño resumen de otros miedos habituales:
Que el bebé no sea normal: Esto puede impedirles disfrutar plenamente de la experiencia.
No poder dar el pecho: Por no saber cómo hacerlo, no tener leche, que el bebé “no se coja”, etc…
No poder reintegrarse a su trabajo: Si la mujer tiene una carrera profesional importante puede temer perder todo lo que ha conseguido con mucho esfuerzo. A veces también se teme no poder compaginar adecuadamente estas dos facetas, la materna y la laboral.
No recuperar la figura: En los medios de comunicación se sobrevalora el hecho de ser madre y “quedarse igual”, muchas famosas se recuperan tras la maternidad como por arte de magia, y esto produce en el resto de las mortales un miedo intenso a que a ellas no les ocurra lo mismo.
Perder el atractivo sexual para su pareja: Tradicionalmente se ha separado la imagen de la mujer “madre” de la mujer “sexual”, de hecho hay mujeres que lo consideran papeles incompatibles. Si a ello sumamos los cambios que se producen en el cuerpo tras la maternidad, el miedo está servido.



APRENDER A DECIR “NO”



 Hace algún tiempo la escritora Carmen Posadas publicaba un artículo sobre su propia dificultad para decir “no” y las numerosas consecuencias negativas que esto le acarreaba; cito textualmente un fragmento del mismo:”Y es que el mundo se divide en dos: las personas razonables que hacen lo que les conviene, que dedican sus energías a causas que valen la pena, ya sean altruistas o no, personas maduras que plantan pies en pared cuando les proponen algo fatigoso o inútil para ellos; y los idiotas (entre los que me cuento) que dicen sí a todo.”


En efecto, somos muchas las mujeres (también les ocurre a los hombres) que tenemos dificultades para ser “asertivas”, nos cuesta decir que “no” y defender nuestros derechos, tenemos problemas para expresar con seguridad nuestros pensamientos, creencias u opiniones, nos cuesta manifestar nuestras necesidades y pedir ayuda, nos cuesta pensar alguna vez en nosotras mismas y dedicarnos tiempo. Esto supone una forma de comunicación apocada y tímida que está relacionada con el deseo de agradar a todo el mundo y de evitar el conflicto interpersonal. Pero lejos de conseguir estos propósitos, la persona no asertiva suele ser poco respetada y poco tenida en cuenta por los demás, puede dedicar un tiempo excesivo a atender las necesidades de los otros y a desatender las propias, sufriendo por ello insatisfacción vital y un enfado hacia los demás perfectamente camuflado de amabilidad, y pagando un precio elevado en forma de baja autoestima e inseguridad personal, de relaciones poco sinceras, de malestar emocional e incluso de trastornos físicos ocasionados por la tensión interior que a veces tienen que soportar. Aprender a decir “no” a través de un entrenamiento asertivo es la forma de superar todos estos inconvenientes, crecer en seguridad y autoestima y descubrir que tenemos nuestro sitio en el mundo, igual que los demás.
Quizás sea un buen objetivo a plantearse para este otoño que está a la vuelta de la esquina.
 

PARA APRENDER A SER ASERTIVAS - I

Para aprender a comunicarnos de una forma más asertiva primero tenemos que “desaprender” ciertos mensajes que solemos tener muy bien arraigados en nuestra mente ya que los aprendimos cuando éramos niños a través de la educación que recibimos de nuestros mayores, de la escuela o de la religión, por ejemplo el apelar a la vergüenza o al ridículo para modificar nuestro comportamiento con frases como: ¿qué pensarían tus abuelos si te vieran comportándose así?, ¿si haces eso todos se reirán de ti?, ¡qué vergüenza!..¿qué van a pensar los vecinos?, ¡que nadie tenga que decir de ti nada negativo¡. De esta manera la opinión de los demás llega a cobrar gran importancia en nuestra vida y nos lleva a comportarnos, en los casos más extremos de falta de asertividad, tal como los demás esperan que lo hagamos, renunciando a nuestras propias opiniones, deseos o sentimientos y generando a largo plazo una gran insatisfacción vital y una baja autoestima.
Los profesionales de la psicología llamamos a estos contenidos “mensajes de socialización” o “suposiciones tradicionales erróneas”, algunos de ellos son: “es vergonzoso cometer errores”, “si antepones tus necesidades a las de los demás eres un egoísta”, “hay que intentar adaptarse siempre a los demás”, “hay que ser humilde ante los halagos”, “no hay que hacer perder a los demás su valioso tiempo con los problemas de uno”, “no hay que empeñarse en cambiar las cosas, mejor que se queden como están”… y un largo etcétera de actitudes que hay que desterrar, modificar o tomar en su justa medida para librarnos del fastidioso “¿Qué dirán?” y poder llevar una existencia más sana desde el punto de vista psicológico y más auténtica en nuestra relación con los demás.

PARA APRENDER A SER ASERTIVAS II
El segundo paso en el camino para convertirnos en mujeres más asertivas consiste en conocer nuestros “derechos asertivos”.
Los derechos asertivos son derechos humanos básicos que deberían guiar nuestro comportamiento, sobre todo cuando nos relacionamos con personas manipuladoras. El primero de estos derechos es el más importante y de él se derivan todos los demás; plantea que uno tiene derecho a ser su “propio juez”, es decir, a juzgar nuestro propio comportamiento, nuestros pensamientos y nuestras emociones, y a tomar la responsabilidad de su iniciación y de sus consecuencias…. ¡Cuántas veces dejamos que los demás sean nuestros jueces! ¡Cuántas veces nos venimos  abajo ante la más mínima crítica!.. ¡Cuántas veces cambiamos de opinión cuando una amiga no piensa como nosotras!…en estos casos consideramos que la opinión de los demás es mucho más importante que la nuestra, convertimos a los demás en nuestros jueces contribuyendo a nuestra propia inseguridad personal.
A veces se trata de una simple cuestión de cobardía, hay personas que tienen tanto miedo de equivocarse que prefieren que otros tomen sus decisiones por ella, pagando, tarde o temprano, un alto precio en forma de baja autoestima, inseguridad, falta de iniciativa, insatisfacción vital y escaso control de su vida.
Un consejo para terminar: ¡Otorgaros el derecho a ser vuestros propios jueces!, concederos la maravillosa oportunidad de equivocaros y aprender de vuestros errores de forma responsable, tomad las riendas de vuestra propia vida.
  
¿ESTÁS ENGANCHADA EMOCIONALMENTE A TU EX-PAREJA?


Una vez culminado el proceso legal de divorcio, muchas mujeres tienen que enfrentarse a otra cuestión no menos importante para su salud psicológica como es lograr distanciarse emocionalmente de sus ex-parejas, romper el vínculo afectivo que había establecido con él a lo largo de la relación.
Esta tarea no es siempre fácil, y lo es mucho menos si debe seguir relacionándose con su ex-marido a causa de los hijos en común. Aunque el divorcio sea un hecho y se haya puesto distancia de por medio el ex marido puede seguir ocupando mucho espacio afectivo en el corazón de la mujer de formas muy sutiles, por ejemplo a través del rencor, de la rabia, incluso del odio y las fantasías de venganza, de esta forma él está constantemente presente en sus pensamientos y en su emoción, y cuando esto ocurre no hay posibilidad de rehacer la vida afectiva porque no queda espacio para nadie más. Si esta distancia emocional no se produce convenientemente, la mujer puede sufrir una serie de problemas psicológicos que se resumen en una falta de confianza en sí mismas y en la incapacidad para emprender una nueva vida individual e independiente.
Un proceso adecuado de ruptura debería culminar con una sana indiferencia hacia el ex, aprendiendo una nueva forma de relacionarse con él como alguien que ya no es miembro de su círculo afectivo, siguiendo un modelo “comercial” de comunicación, es decir, una comunicación eficaz, cortés y educada pero sin afecto.
Por todo ello es importante que la mujer que ha pasado por esta experiencia recapacite sobre su nueva situación y aprenda habilidades que le permitan establecer con su ex-pareja una relación que favorezca la desconexión con el pasado, la desvinculación emocional y la independencia afectiva necesarias para reconstruir su vida. Es necesario reconocer y eliminar los posibles comportamientos dependientes, las típicas fantasías negativas de mujer divorciada y dejar de jugar el papel de víctima destruida por el desmoronamiento de su relación.  
Un consejo: Quiérete un poquito más, abre las puertas y las ventanas para que la vida entre dentro de ti…te queda todavía tanto por vivir si tú te lo permites….


LOS CELOS: EL MONSTRUO DE OJOS VERDES
Dentro de unos días celebraremos San Valentín, el día de los enamorados, y aunque estar enamorado (siendo correspondido) es una bendición que hace que la vida se convierta en una montaña rusa de intensas y hermosas emociones, para algunas personas, sin embargo, el amor puede convertirse en un infierno de ansiedad y amargura cuando hace aparición lo que Shakespeare denominaba “el monstruo de ojos verdes”, los celos.
Todos hemos sentido celos alguna vez cuando consideramos que nuestro amado siente interés por una persona que podría rivalizar con nosotros. Esta situación nos genera malestar emocional, pero es una emoción pasajera y poco intensa, desaparece cuando salimos de la situación que los provoca y no tiene más repercusiones para nadie, estos son considerados celos normales.
    Pero existen dos tipos más de celos, los celos patológicos y los celos delirantes. Hablamos de celos patológicos cuando el malestar emocional generado es intenso y prácticamente constante, ya que el celoso patológico interpreta de manera distorsionada situaciones neutras en las que está implicada su pareja, por lo que cualquier situación normal para los demás es susceptible de provocarle un ataque de celos. Los celos patológicos, además, suelen ir acompañados de otras emociones negativas como ansiedad, miedo, inseguridad, depresión y enfado, si éste último no se controla adecuadamente, puede dar lugar a explosiones de ira y agresividad con las repercusiones que ello conlleva; todos hemos presenciado alguna vez un “ataque de celos”.
El celoso patológico suele mostrar también una serie de conductas como interrogar a su pareja, espiarla, registrar sus pertenencias, sus facturas de teléfono o su correo electrónico, prohibirle vestirse o maquillarse de cierta manera, determina con qué personas puede reunirse y con cuales no, y, en el peor de los casos, decide lo que su pareja puede o no puede hacer. Como consecuencia de todo lo anterior la relación de pareja se resiente, la pareja del celoso sufre el problema en “carne propia”, la relación se vuelve muy poco satisfactoria y por esta razón no son pocos los celosos que provocan lo que más temen, que su pareja les abandone por otra relación más serena y gratificante. Los celos patológicos son un problema complejo que suele requerir la  intervención de un profesional de la psicología para superarlos.
    Por último hablaremos de los celos delirantes. Son considerados un trastorno psicopatológico importante que produce un alejamiento de la realidad o “delirio”, no suelen ser muy habituales y necesitan de tratamiento tanto psicológico como psiquiátrico.
    Para terminar, un consejo: No soportes los celos de tu pareja por la creencia falsa de que son producto del amor. Los celos no son síntoma de que una persona te quiera más.

 "CLAVES DE LA FELICIDAD"


 Me planteaba escribir sobre una de las claves más importantes para conseguir la felicidad que es dar gracias por lo que tenemos, cuando llegó hasta mí el escrito de un brillante periodista mexicano, Armando Fuentes Aguirre, que plasma esta idea mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo. Os transcribo textualmente su interesante artículo: 
Me propongo demandar a la revista "Fortune", pues me hizo víctima de una omisión inexplicable. Resulta que publicó la lista de los hombres más ricos del planeta, y en esta lista no aparezco yo. Aparecen, el sultán de Brunei y también los herederos de Sam Walton y Takichiro Mori. Figuran ahí­ también personalidades como la Reina Isabel de Inglaterra, Stavros Niarkos, y los mexicanos Carlos Slim y Emilio Azcárraga.
Sin embargo a mí­ no me menciona la revista. Y yo soy un hombre rico, inmensamente rico. Y si no, vean ustedes: tengo vida, que recibí­ no sé por qué, y salud, que conservo no sé cómo.  Tengo hermanos que son como mis amigos, y amigos que son como mis hermanos.
Tengo gente que me ama con sinceridad a pesar de mis defectos, y a la que yo amo con sinceridad a pesar de mis defectos. Tengo cuatro lectores a los que cada dí­a les doy gracias porque leen bien lo que yo escribo mal. Tengo una casa, y en ella muchos libros (mi esposa diría que tengo muchos libros, y entre ellos una casa). Poseo un pedacito del mundo en la forma de un huerto que cada año me da manzanas que habrá­n acortado aún más la presencia de Adán y Eva en el Paraí­so. Tengo un perro que no se va a dormir hasta que llego, y que me recibe como si fuera yo el dueño de los cielos y la tierra.
Tengo ojos que ven y oí­dos que oyen; pies que caminan y manos que acarician; cerebro que piensa cosas que a otros se les habí­an ocurrido ya, pero que a mí­ no se me habí­an ocurrido nunca. Soy dueño de la común herencia de los hombres: alegrí­as para disfrutarlas y penas para hermanarme a los que sufren. Y tengo fe en Dios que guarda para mí­ infinito amor. ¿Puede haber mayores riquezas que las mí­as?
¿Por qué, entonces, no me puso la revista "Fortune" en la lista de los hombres más ricos del planeta? ¿Y a ti, cómo te consideras? ¿Rico o pobre?
HAY GENTE POBRE, PERO TAN POBRE, QUE LO UNICO QUE TIENE ES... DINERO.
Armando Fuentes Aguirre (Catán). PERIODISTA




LA DEPRESIÓN POSTPARTO I
La depresión postparto es una condición que origina una gama de cambios físicos y emocionales que muchas madres pueden padecer después de tener un bebé. A pesar de su elevada prevalencia (entre un 10 y un 15%) la depresión postparto a menudo no es diagnosticada ni, por lo tanto, tratada.
Existen tres tipos de depresión postparto que las mujeres pueden tener después de dar a luz:
·        Los baby blues son padecidos por muchas mujeres en los días inmediatamente después del parto. Se caracterizan por súbitos cambios en el estado de ánimo, como sentirse muy feliz y de repente sentirse muy triste. Puede aparecer  llanto sin ninguna razón y la madre puede sentirse impaciente, irritable, inquieta, ansiosa, sola y triste. Los baby blues pueden durar sólo unas horas o hasta 1 a 2 semanas después del parto. Probablemente con el apoyo de la pareja y la familia los baby blues tienden a remitir en unos días y no suelen necesitar intervención especializada.

·        La depresión postparto puede aparecer unos días o incluso meses después del parto y puede aparecer después del nacimiento de cualquier hijo, no sólo del primero. En la depresión postparto los sentimientos que se experimentan son similares a los de la condición baby blues (tristeza, desesperanza, ansiedad, irritabilidad) pero se experimentan con mucha más intensidad. Este estado emocional puede imposibilitar que la mujer realice sus tareas cotidianas, cuando se llega a este punto es necesario buscar la ayuda profesional de un psicólogo y un psiquiatra. Si no se recibe ayuda especializada los síntomas pueden agravarse y cronificarse.

·        La psicosis postparto es una enfermedad mental muy grave que puede afectar a las nuevas madres, aunque es muy poco frecuente. Puede aparecer repentinamente, con frecuencia dentro de los 3 meses después del parto. La principal consecuencia de este trastorno es la pérdida de contacto con la realidad, y los síntomas más habituales son alucinaciones auditivas (oír cosas que no están sucediendo realmente, como oír hablar a una persona) e ilusiones (ver las cosas de manera distinta a la realidad), las alucinaciones visuales (ver cosas que no existen) son menos comunes. Otros síntomas incluyen insomnio, sensación de nerviosismo (agitación) y enojo, así como sentimientos y comportamientos extraños. Las mujeres que padecen de psicosis postparto necesitan tratamiento psiquiátrico de inmediato y casi siempre requieren de medicación junto con psicoterapia.
En sucesivas entregas trataremos algunos aspectos de este importante tema con mayor profundidad.

2 comentarios:

  1. Doctor Gonzalez, lo felicito este es un excelente blog.

    Att: María

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  2. Muchas gracias María..precisamente hoy estoy haciendo balance de todo el año del blog y tratando de mejorar algunas cosas..y tus palabras me animan a seguir con él. Feliz 2014 y gracias por tu opinión

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