viernes, 12 de mayo de 2017

Creencias erróneas sobre enfermedad coronaria

La mejor forma de prevenir la patología coronaria no es evitar las grasas saturadas
Hemos pensado hasta el momento que las grasas saturadas y el colesterol eran los responsables de la obstrucción de las arterias y aumentaban el riesgo de accidentes cardiovasculares, infartos, etc. Por esto se ha limitado durante muchos años el consumo de alimentos como el huevo, o los aceites vegetales que no eran de oliva. Se insistía mucho en la dieta, en reducir los niveles totales de colesterol, se administraban estatinas para reducirlo, porque se consideraba que era el principal responsable de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo en el siguiente artículo se indica que no es tan importante el nivel de colesterol, como el hecho de practicar ejercicio físico (evitar el sedentarismo) de forma continuada y reducir los niveles de estrés crónico, para  mejorar la salud de nuestras arterias. 
Me parece muy importante esta reflexión, aunque creo que debemos seguir llevando una alimentación equilibrada y de tipo mediterraneo.

La creencia popular de que las grasas saturadas obstruyen las arterias son erróneas (Br J Sports Med)
Elsevier5 may 2017

Una dieta saludable, ejercicio y reducción del estrés son las claves para cuidar el corazón.

La creencia ampliamente difundida entre los médicos y el público de que las grasas saturadas obstruyen las arterias y, por lo tanto, causan enfermedades coronarias es simplemente "un error", afirman expertos en un editorial publicado en la edición digital de "British Journal of Sports Medicine".

"Es hora de cambiar el foco lejos de reducir las grasas de la sangre y disminuir la grasa saturada dietética y en su lugar acentuar la importancia de comer 'alimentos auténticos', realizar una enérgica caminata diaria y reducir al mínimo el estrés para evitar enfermedades cardiacas", subrayan.

La enfermedad coronaria es una patología inflamatoria crónica que responde a una dieta mediterránea rica en los compuestos antiinflamatorios encontrados en los frutos secos, el aceite de oliva virgen extra, las verduras y el pescado graso, subrayan estos investigadores.

En apoyo de su argumento, los médicos cardiólogos Aseem Malhotra, de Lister Hospital, en Stevenage, Reino Unido; la Prof. Rita Redberg, de la University of California, San Francisco, en Estados Unidos (editora de "JAMA Internal Medicine") y Pascal Meier, de los Hôpitaux Universitaires de Genève, Suiza, y University College London Reino Unido, (editor de "BMJ Open Heart") citan evidencias que muestran que no hay asociación entre el consumo de grasas saturadas y el mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes y muerte.

Y las limitaciones de la actual "teoría de las tuberías" son grandes en una serie de ensayos clínicos que muestran que la inserción de un 'stent' (muelle de acero inoxidable) para ensanchar las arterias estrechas no reduce el riesgo de ataque al corazón o la muerte, dicen.

"Décadas de énfasis en la primacía de bajar el colesterol plasmático, como si esto fuera un fin en sí mismo, y dirigidas a un mercado de 'alimentos bajos en grasas' y 'probados para reducir el colesterol' y medicamentos han estado equivocadas", afirman estos expertos. Sugieren que la información selectiva de los datos puede explicar estos conceptos erróneos.

Una alta proporción en el colesterol total de lipoproteína de alta densidad (HDL) es el mejor predictor de riesgo de enfermedad cardiovascular, en lugar de la lipoproteína de baja densidad (LDL). Y esta proporción puede reducirse rápidamente con cambios en la dieta, como reemplazar los carbohidratos refinados con alimentos saludables altos en grasa (como las nueces y el aceite de oliva), dicen.

Un aspecto clave de la prevención de la enfermedad coronaria es el ejercicio y un poco de actividad física tiene grandes beneficios, dicen. Sólo 30 minutos de actividad moderada al día tres o más veces a la semana hace maravillas para reducir los factores de riesgo biológicos para los adultos sedentarios, señalan estos expertos.

Además, añaden que no debe pasarse por alto el impacto del estrés crónico porque pone la respuesta inflamatoria del cuerpo en alerta permanente. En general, una dieta saludable, ejercicio regular y reducción del estrés no sólo aumentarán la calidad de vida, sino que frenarán el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y todas las causas, insisten.

"Es hora de cambiar el mensaje de salud pública en la prevención y el tratamiento de la enfermedad coronaria lejos de medir los lípidos séricos y reducir la grasa saturada en la dieta -escriben--. La enfermedad de las arterias coronarias es una enfermedad inflamatoria crónica y se puede reducir eficazmente caminando 22 minutos al día y comiendo comida real". Pero, señalan: "No hay un modelo de negocio o un mercado que ayude a difundir esta intervención sencilla pero poderosa".

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