viernes, 2 de mayo de 2014

Hipotiroidismo y aborto

Las alteraciones del tiroides pueden afectar a tu gestación
El tiroides es una glándula situada en el cuello, delante de la traquea y  tiene una función endocrina muy importante. Es el encargado de regular el funcionamiento de otras hormonas y de aumentar o disminuir el consumo energético. Regula diferentes procesos metabólicos y es necesario que funciones correctamente durante el embarazo, pues el feto necesita unas cantidades mínimas de hormona tiroidea que debe recibir de la madre mientras se produce su desarrollo.
En el artículo que os pongo a continuación se reconoce la importancia de un buen funcionamiento tiroideo y de unos niveles adecuados de yodo, para evitar el aborto o el desarrollo inadecuado de la gestación.
El hipotiroidismo en el embarazo aumenta el riesgo de abortos
Elsevier 30 abr 2014
El hipotiroidismo durante el embarazo se produce en, aproximadamente, el 2,4% de las mujeres
La tiroides en el embarazo aumenta el riesgo de abortos y puede disminuir las capacidades intelectuales del bebé, según ha alertado el coordinador del Grupo de Trabajo de Déficit de Yodo y Disfunción Tiroidea de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), el Dr. Sergio Donnay.

El hipotiroidismo es una producción deficiente de hormonas tiroideas, y es la enfermedad más frecuente del tiroides, que padecen casi 700.000 personas en España. Los principales síntomas que presentan los pacientes es cansancio crónico, debilidad, piel seca, intolerancia al frío, caída de pelo, dificultad de concentración, mala memoria, estreñimiento y aumento discreto del peso corporal.

Aunque puede afectar a cualquier persona, existen tres grandes grupos o poblaciones de riesgo en los que tiene mayores consecuencias el hipotiroidismo no tratado: los escolares, la mujer en edad fértil y las embarazadas.

"El hipotiroidismo durante el embarazo se produce en, aproximadamente, el 2,4%  de las mujeres. Esta afectación se puede asociar a abortos, desprendimiento de placenta o bajo peso al nacer, además de a una disminución del coeficiente intelectual de los hijos de madres con hipotiroidismo no tratado", ha señalado el Dr. Donnay.

Asimismo, prosigue, en los primeros tres meses de vida, el embrión aún no dispone de una glándula tiroides o ésta no es suficientemente madura, por lo que precisa de la hormona tiroidea de la madre. De hecho, ha asegurado que el grado de las consecuencias de esta deficiencia de yodo vienen dadas en función del grado de carencia de esta sustancia.

"Lo ideal es que las mujeres embarazadas revisen su tiroides al menos una vez al principio del embarazo e incluso antes, cuando se planifica el embarazo. En el caso de una mujer embarazada que ya está recibiendo tratamiento por un trastorno tiroideo es aconsejable que se revise su tiroides cada 6-8 semanas. Esto garantizará que la glándula tiroides funcione de forma normal", ha indicado el Dr. Donnay.

Por ello, ha recomendado que las mujeres embarazadas tomen suplementos de yodo, igual que ya lo son con ácido fólico, y ha alertado de que esta suplementación "no se da en todas las mujeres" españolas. Por ello, ha abogado ha destacado la necesidad de que se conciencie a las mujeres de que no tratar "debidamente" los trastornos de tiroides aumenta el riesgo de abortos, prematuridad y, también, provoca que los hijos tengan una "disminución" en sus capacidades intelectuales.

Por otra parte, estudios recientes han demostrado que existe una relación directa entre un funcionamiento deficitario de la glándula tiroides y la subfertilidad, es decir, una mayor dificultad por parte de la mujer de llevar a buen término sus embarazos.

"Debe garantizarse que la población consuma una cantidad suficiente de yodo. Ésta es distinta según la edad, género y estado fisiológico. Para la población, en general, incluyendo a los niños en edad escolar, se aconseja que al día consuman un mínimo de 150 mg de yodo. Una cantidad que puede obtenerse fácilmente consumiendo sal yodada", ha apostillado.

No obstante, el último documento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2007 catalogó a España como a un país con una óptima nutrición de yodo. Además, la mayoría de estudios de los últimos años realizados entre la población infantil, muestran una sustancial mejora respecto a estudios previos. "Sin embargo, aún estamos en niveles de insuficiencia", ha zanjado.
 

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